A pesar de la distancia geográfica, Ai Weiwei explora los traumas de las experiencias de China y México en un relato que apela a la obligación de construir la memoria social.
Este proyecto une la inquietud que representa la destrucción del patrimonio cultural y nuestra relación con los ancestros.
El Salón ancestral de la familia Wang (2015), un templo de madera de la dinastía Ming que registra la destrucción del patrimonio cultural chino bajo la violencia de la revolución, la pérdida de la sociedad rural tradicional y la comercialización de antigüedades.
El trauma que significa el atentado contra el futuro, el cual supone la violencia contra los jóvenes.
En 2016, Ai Weiwei visitó México y motivó el inicio de un nuevo proyecto acerca del trauma de la pérdida del futuro. A través de un filme documental y una serie de retratos fabricados con piezas Lego, el artista explora las consecuencias personales y sociales de la desaparición de los 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa, ocurrida entre el 26 y el 27 de septiembre de 2014.



























